
Joaquín Hernández, dirigente de la Mesa Directiva de la Asociación Civil de Enramaderos de Boca de Apiza, acompañado por miembros de su equipo, acudió a la presidencia de Tecomán para solicitar apoyo en obras y programas deportivos con miras a la próxima temporada vacacional de Semana Santa.
La playa de Boca de Apiza, situada en los límites de Colima con Michoacán, enfrenta problemas urgentes que requieren atención inmediata, especialmente en la reparación de su camino de acceso y en la promoción de actividades que impulsen el turismo en la zona.
Joaquín Hernández manifestó su preocupación por el estado del camino que conduce a la playa, el cual presenta cerca de 200 metros en malas condiciones. “Estamos a las puertas de Semana Santa y nos preocupa no contar con el camino en buen estado. Queremos evitar realizar reparaciones de último momento, como suele suceder. Necesitamos que se nos atienda de manera oportuna para llevar a cabo estas obras a tiempo”, indicó.
El líder de los enramaderos recordó que el año pasado recibieron apoyo municipal para reparar parte del camino, pero el esfuerzo fue insuficiente. “Solo se arregló hasta cierto punto, y ahora tenemos un tramo en mal estado que dificulta el acceso, especialmente para vehículos pequeños. Esperamos que este año se nos brinde nuevamente el apoyo, como ha sido costumbre, con una colaboración entre los enramaderos y el municipio”, explicó.
Además de las mejoras en infraestructura, dijo que los enramaderos buscan organizar actividades que atraigan más visitantes a Boca de Apiza. Entre los proyectos propuestos destaca el torneo de pesca “La Calentona”, que se espera sea un atractivo adicional para los turistas. “Tenemos una playa amplia y hermosa, pero necesitamos más respaldo de las autoridades para destacar. Queremos que Boca de Apiza sea reconocida como un destino turístico al nivel de otras playas de Tecomán como El Real, Pascuales y Tecuanillo”, afirmó Hernández.
La playa de Boca de Apiza no solo ofrece un amplio espacio para disfrutar del mar, afirmó el dirigente, sino también la desembocadura del río Noya, un atractivo natural que muchas familias prefieren para bañarse de manera segura, especialmente los niños. “Aquí los visitantes tienen doble opción: disfrutar del mar o del río. Es un lugar perfecto para las familias, pero necesitamos mejorar los servicios e infraestructura para recibir a más turistas”, añadió.
Joaquín Hernández destacó que, aunque los enramaderos están dispuestos a aportar su parte, la situación económica limita las posibilidades de algunos. “Algunos pueden cooperar, otros no tienen los recursos inmediatos, pero todos estamos comprometidos con mejorar nuestra playa. Sin embargo, necesitamos que las autoridades también contribuyan para lograr un desarrollo integral”, subrayó.
Finalmente, el dirigente hizo un llamado a las autoridades municipales para que no dejen en el olvido a Boca de Apiza y trabajen en conjunto con los enramaderos para impulsar el turismo y mejorar las condiciones de la playa. “Tenemos un lugar hermoso con gran potencial. Con el apoyo adecuado, podemos convertir a Boca de Apiza en un destino turístico de primer nivel”, concluyó.